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Creación del hombre y desobediencia del demonio

15.26 Hemos creado al hombre de barro arcilloso, maleable,

15.27 mientras que a los genios los habíamos creado antes de fuego de viento abrasador. Cfr. 6.2, 55.14, 22.5, 40.67, 35.11, 30.20, 3.59

Los términos arcilla (ṭīn) y tierra (turab) remiten al humilde origen del hombre, adán, el término (ṣalṣal) indica una arcilla seca o barro sólido que produce sonido –al ser golpeada–; posible referencia al lenguaje articulado, con el que se distingue al hombre de las demás creaciones. Mientras que los genios fueron creados de “una confusa llama de fuego (cfr. 55.15)”.

15.28 Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: «Voy a crear a un mortal de barro arcilloso, maleable,

15.29 y, cuando lo haya formado armoniosamente e infundido en él de Mi Espíritu, caed prosternados ante él».

Cuando Dios infunde, insufla el espíritu en el hombre le da un alma y, por tanto, una capacidad moral para vivir en armonía cuerpo y espíritu.

15.30 Todos los ángeles, juntos, se prosternaron,

15.31 excepto Iblis, que rehusó unirse a los que se prosternaban.

15.32 Dijo: «¡Iblis! ¿Qué tienes, que no te unes a los que se prosternan?»

15.33 Dijo: «Yo no voy a prosternarme ante un mortal que Tú has creado de barro arcilloso, maleable».

Ésa es la primera desobediencia de Iblis, a pesar de ser creado antes que el hombre y con poderes mayores, no fue capaz de ser humilde frente a la creación de Dios, el hombre tiene la capacidad intelectual lo que lo hace una de las mejores creaciones de Dios.

15.34 Dijo: «¡Sal de aquí! ¡Eres un maldito!

15.35 ¡La maldición te perseguirá hasta el día del Juicio!» […][1]

Dios, como muy pocas veces, maldice su creación y lo expulsa del paraíso.

15.39 Dijo: «¡Señor! Por haberme Tú descarriado, he de engalanarles en la tierra y he de descarriarles a todos,

15.40 salvo a aquéllos que sean siervos Tuyos escogidos».

Satanás no tiene poder sobre los creyentes, sobre los siervos sinceros que recuerdan y se refugian en Dios.

15.41 Dijo: «Esto es, para Mí, una vía recta.

Esta vía es la función de Satanás, tentar al hombre para que pueda escoger entre el bien y el mal.

 15.42 Tú no tienes poder alguno sobre Mis siervos, salvo sobre los descarriados que te sigan».

Aunque la intención de Iblis es descarriar al hombre, todo acto de desobediencia por parte del hombre es su responsabilidad.

15.43 La gehena es el lugar de cita de todos ellos.

15.44 Tiene siete puertas y cada una tendrá un grupo definido de ellos.

El infierno es la meta prometida, una puerta para cada grupo de malhechores.

Las siete puertas pueden ser siete grados, siete formas de acceder al mal o siete nombres metafóricos y diferentes para infierno, para algo que está fuera del alcance de la percepción humana (al-gaib):

  1. Nár, fuego, término genérico.
  2. Yahannam, infierno,
  3. Yahim, fuego abrasador,
  4. Saiir, llama abrasadora.
  5. Saqar, fuego del infierno.
  6. Lasa, fuego crepitante.
  7. Hutama, tormento demoledor.

[1] 15.36 Dijo, «¡Señor, déjame esperar hasta el día de la Resurrección!»

15.37 Dijo: «¡Entonces, serás de aquéllos a quienes se ha concedido de prórroga

15.38 hasta el día señalado!».

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