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Discurso y testimonios de Jesús en el IV Evangelio

Discurso de Jesús

En el capítulo V del IV Evangelio se presentan testimonios, interrogatorios, palabras y obras de Jesús como hijo. Su palabra, acción y vida constituyeron una respuesta contemporánea del hombre llamado Jesús de Nazaret.

A manera de apología y explicación Jesús presenta los acercamientos entre el Hijo y el Padre, en mayúsculas ambos (5.20-24), el amor del Padre al Hijo (5.20), la capacidad de resucitar a los muertos (5.21) como Hijo de Dios (5.26) y juicio (5.22) como Hijo del hombre (5.27) ambos entregados al Hijo; honra mutua al Padre y al Hijo (5.23) y voluntad del Padre sobre la del enviado (5.30); Jesús agrega la escucha y creencia de su Palabra como condición para encontrar la vida eterna (5.24).

Testimonios de Jesús

Luego del discurso comienzan los interrogatorios a Jesús, los judíos le preguntan: ¿Dónde está tu padre? a lo cual responde si me conocieras a mí, también a mi Padre conocerías (8.19) a aquel que verás (14.7), posteriormente dice no le habéis conocido, pero yo le conozco (8.55, cfr. 7.29); y postula su dignidad, antes mencionada por Juan, al decir: vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba; vosotros sois de este mundo, he descendido a este mundo, aunque no sea de este mundo (8.23, cfr. 16.28, 17.15). Luego, según el evangelista, el día antes de Pascua, Jesús pasará de este mundo al Padre (13.1). El que desciende y asciende no es otro que el Hijo del hombre celestial.[1]

A la pregunta: ¿tú quién eres? Jesús responde: el que os he dicho (8.25), ante la pregunta ¿no es éste, Jesús, el hijo de José? (6.42) Jesús responde: nadie puede venir a mí sino es por la voluntad del Padre (6.44).

Jesús también da testimonio de sí mismo, aun cuando antes había dicho: si soy yo quien da testimonio de mí, mi testimonio no es verídico (5.31), así pues yo soy quien da testimonio de mi mismo, y también da testimonio de mí el Padre (8.18), acaso sea el testimonio como hijo.

En otra auto-designación, la del buen pastor (10.11, 14), Jesús habla del amor de mi Padre (10.17) por dar la vida y tener la potestad de volverla a tomar o de dar (10.17-18), Jesús como pastor conoce sus ovejas que le siguen (10.27), pero algunos le desconocen a él y a su padre (16.3).

Jesús habla de su dignidad como enviado frente a Dios, el siervo no es mayor que su señor (13.16) pues los profetas son siervos de Dios, así pues, considera que Dios es mayor que él (14.28).

[1] SCHNACKENBURG, Rudolf, El evangelio según San Juan, Versión y comentario, tomo primero, introducción y capítulos 1-4, p. 283.

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