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Los “Mandamientos de Dios” en el Sagrado Corán

17.22 No pongas junto con Dios a otro dios; si no, te encontrarás denigrado, abandonado.

17.23 Tu Señor ha decretado que no debéis servir sino a Él y que debéis ser buenos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos envejecen en tu casa, no les digas: «¡Uf!» y trates con antipatía, sino sé cariñoso con ellos.

17.24 Por piedad, muéstrate deferente con ellos y di: «¡Señor, ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron cuando me educaron siendo niño!»

17.25 Vuestro Señor conoce bien vuestros pensamientos. Si sois justos… Él es indulgente con los que se arrepienten sinceramente.

17.26 Da lo que es de derecho al pariente, así como al pobre y al viajero, pero sin prodigarte demasiado,

17.27 que los pródigos son hermanos de los demonios, y el Demonio es desagradecido para con su Señor.

17.28 Si, buscando una misericordia venida de tu Señor, que esperas, tienes que apartarte de aquéllos, diles, al menos, una palabra amable.

17.29 No lleves la mano cerrada a tu cuello, ni la extiendas demasiado; si no, te encontrarás censurado, falto de recursos.

17.30 Tu Señor dispensa el sustento a quien Él quiere: a unos con largueza, a otros con mesura. Está bien informado de Sus siervos, les ve bien.

17.31 ¡No matéis a vuestros hijos por miedo a empobreceros! Somos Nosotros Quienes les proveemos, y a vosotros también. Matarles es un gran pecado.

17.32 ¡Evitad la fornicación: es una deshonestidad! ¡Mal camino…!

17.33 No matéis a nadie que Dios haya prohibido, sino con justo motivo. Si se mata a alguien sin razón, damos autoridad a su pariente próximo, pero que éste no se exceda en la venganza. Se le auxiliará.

17.34 No toquéis la hacienda del huérfano sino de manera conveniente hasta que alcance la madurez. ¡Cumplid todo compromiso, porque se pedirá cuenta de él!

17.35 Cuando midáis, dad la medida justa y pesad con una balanza exacta. Es mejor y da muy buen resultado.

17.36 No vayas tras algo de lo que no tienes ningún conocimiento. Del oído, de la vista, del intelecto, de todo eso se pedirá cuenta.

17.37 No vayas por la tierra con insolencia, que no eres capaz de hender la tierra, ni de alzarte a la altura de las montañas.

17.38   tu Señor detesta lo malo que en ello hay.

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Los “Mandamientos de Dios” en el Éxodo 20.1–21

1 Y Dios habló todas estas palabras, diciendo:

2 “Yo soy Adonai tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud:

3 “No tendrás otros dioses delante de mí.

4 “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

5 No te inclinarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy Adonai tu Dios, un Dios celoso que castigo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.

6 Pero muestro misericordia por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.

7 “No tomarás en vano el nombre de Adonai tu Dios, porque Adonai no dará por inocente al que tome su nombre en vano.

8 “Acuérdate del día del sábado para santificarlo.

9 Seis días trabajarás y harás toda tu obra,

10 pero el séptimo día será sábado para Adonai tu Dios. No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal, ni el forastero que está dentro de tus puertas.

11 Porque en seis días Adonai hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día. Por eso Adonai bendijo el día del sábado y lo santificó.

12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la tierra que Adonai tu Dios te da.

13 “No cometerás homicidio.

14 “No cometerás adulterio.

15 “No robarás.

16 “No darás falso testimonio contra tu prójimo.

17 “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo.”

18 Todo el pueblo percibía los truenos, los relámpagos, el sonido de la corneta y el monte que humeaba. Al ver esto, ellos temblaron y se mantuvieron a distancia.

19 Y dijeron a Moisés: ––Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.

20 Y Moisés respondió al pueblo: ––No temáis, porque Dios ha venido para probaros, a fin de que su temor esté delante de vosotros para que no pequéis.

21 Entonces el pueblo se mantuvo a distancia, y Moisés se acercó a la densa oscuridad donde estaba Dios.

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El perdón divino en el Islam

Entre los nombres de Dios –exaltado sea– más mencionados en el sagrado Corán, se encuentran El Compasivo, El Misericordioso, El Indulgente y El Perdonador; por ello el musulmán piadoso busca el perdón de Dios –exaltado sea– a sus faltas, tal como se expresa en el sagrado Corán:

  1. 3.133 ¡Y apresuraos a obtener el perdón de vuestro Señor y un Jardín tan vasto como los cielos y la tierra, que ha sido preparado para los temerosos de Dios, […]
  2. 3.136 Su retribución será el perdón de su Señor y jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estarán eternamente. ¡Qué grata es la recompensa de los que obran bien!
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Temor y amor de Dios en el Islam

La diferencia entre los hombres frente a Dios –exaltado sea– se da por su piedad:

49.13 […] Para Dios, el más noble de entre vosotros es el que más Le teme. Dios es omnisciente, está bien informado.

Se le preguntó a Muhammad –la paz y las bendiciones de Dios sean sobre él–:

“¡Oh Mensajero de Dios! ¿Quién tiene el mejor grado entre toda la gente? Dijo: ‘El que más teme a Dios.”

Ese temor equivale al término de taqua y se traduce por piedad y devoción, el piadoso (taqī) es aquel que sigue lo que Dios –exaltado sea– ha ordenado y evita lo que ha prohibido, quien tiene paciencia en los momentos difíciles, posee una conducta elevada y busca el conocimiento que proviene de Dios –exaltado sea– para practicarlo. Sólo Dios –exaltado sea– conoce el estado y el grado de taqua de cada musulmán, dice el Sagrado Corán:

53.32 […] ¡No os jactéis, pues, de puros! Él conoce bien a los que Le temen.

Este valor se refleja en la personalidad y el comportamiento del musulmán, su significado abarca la vida pública y la privada, incluye las acciones del corazón, de las manos así como de la lengua.

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Valores morales islámicos

Entre los valores islámicos se encuentran: el cumplimiento de la palabra empeñada en los compromisos –económicos, familiares, laborales–; la honradez; la bondad intrafamiliar que se expresa en el trato entre esposos, padres e hijos; la aceptación y corrección de los errores propios y el arrepentimiento de los errores cometidos, frente a los hombres y frente a Dios –exaltado sea–.

Se citarán tres textos de la Palabra de Dios –exaltado sea– que abarcan la mayoría de estos valores:

2.177 La piedad no estriba en que volváis vuestro rostro hacia el Oriente o hacia el Occidente, sino en creer en Dios y en el último Día, en los ángeles, en la Escritura y en los profetas, en dar de la hacienda, por mucho amor que se le tenga, a los parientes, huérfanos, necesitados, viajero, mendigos y esclavos, en hacer la oración y dar el impuesto legal, en cumplir con los compromisos contraídos, en ser pacientes en el infortunio, en la aflicción y en tiempo de peligro. ¡Ésos son los hombres sinceros, ésos los temerosos de Dios!

4.36 ¡Servid a Dios y no Le asociéis nada! ¡Sed buenos con vuestros padres, parientes, huérfanos, pobres, vecinos –parientes y no parientes–, el compañero de viaje, el viajero y vuestros esclavos! Dios no ama al presumido, al jactancioso,

4.37 a los avaros y a los que empujan a otros a ser avaros, a los que ocultan el favor que Dios les ha dispensado, –hemos preparado para los infieles un castigo humillante–.

4.38 a los que gastan su hacienda para ser vistos de los hombres, sin creer en Dios ni en el último Día. Y si alguien tiene por compañero al Demonio, mal compañero tiene…

6.151 Di: «¡Venid, que os recitaré lo que vuestro Señor os ha prohibido: que Le asociéis nada! ¡Sed buenos con vuestros padres, no matéis a vuestros hijos por miedo de empobreceros –ya os proveeremos Nosotros, y a ellos,– alejaos de las deshonestidades, públicas o secretas, no matéis a nadie que Dios haya prohibido, sino con justo motivo ¡Esto os ha ordenado Él. Quizás, así, razonéis».

6.152 «¡No toquéis la hacienda del huérfano, sino de manera conveniente, hasta que alcance la madurez! ¡Dad con equidad la medida y el peso justos! No pedimos a nadie sino según sus posibilidades. Sed justos cuando declaréis, aun si se trata de un pariente! ¡Sed fieles a la alianza con Dios! Esto os ha ordenado Él. Quizás, así os dejéis amonestar».

6.153 Y: «Ésta es Mi vía, recta. Seguidla, pues, y no sigáis otros caminos, que os desviarían de Su camino. Esto os ha ordenado Él. Quizás, así temáis a Dios».

Entre los valores familiares, posiblemente el más fundamental sea el trato con los padres:

17.23 Tu Señor ha decretado que no debéis servir sino a Él y que debéis ser buenos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos envejecen en tu casa, no les digas: «¡Uf!» y trates con antipatía, sino sé cariñoso con ellos.

Con el prójimo, según los dichos del profeta Muhammad –la paz y las bendiciones de Dios sean con él–:

No es creyente aquel que come hasta la saciedad cuando su prójimo tiene hambre.

No es creyente aquél cuyo prójimo no esté a salvo de su mano y de su lengua.